(Y sí, el título dice Qatar y no Catar porque me declaré en desobediencia civil con la RAE. Catar es un verbo, no un país. Que se pongan serios).
Hace unos años mientras perdía mi tiempo en tuíter, llegó a mis manos un texto de un fulano llamado @yosoyelcarlos1 que tiene un blog sobre fútbol y que pueden leer aquí. El texto era sobre las eliminatorias a la Copa Africana de Naciones de 2015 y fue absolutamente fantástico, tanto que le pedí permiso para publicarlo aquí en el Blog de Banderas. Y es que el texto fue fantástico porque Carlos no sólo es capaz de mezclar la información netamente futbolística con los datos ñoños sobre países extraños que tanto nos gustan por acá sino que también tiene ese lenguaje característico de Medellín que hace que cualquier narración sea una delicia (al menos para mí que soy colombiano). En cualquier caso, Carlos se convirtió en el corresponsal oficial del Blog de Banderas para temas de fútbol y nos deleitó con dos entradas tituladas: Las pintorescas eliminatorias para la Copa Africana de Naciones de Fútbol de 2015 y Copa Africana de Naciones 2015 – Vol II: la Fase de grupos y los cambios de sede.
Pero pasó el tiempo… meses, años y Carlos se desapareció. Se lo había tragado la tierra. Casi mando al ejército, a la fuerza aérea, a la marina y hasta el escuadrón anti-ovnis a buscarlo porque no daba señales de vida… Hasta hace una semana cuando, como el ave fénix, revivió de entre las cenizas y volvió a sus andanzas. Esta vez no sobre África sino sobre el inicio de la clasificación al Mundial de Qatar 2022 con los partidos de los 12 peores equipos de Asia. Sí señores, un Macao – Sri Lanka, un Bhután – Guam o un Mongolia – Brunéi. Mejor dicho, una delicia.
Pero como conozco a Carlos y sé de lo que es capaz, algunas aclaraciones previas: 1. Los párrafos que leerán a continuación son opinión única y exclusiva del autor y no comprometen al Blog de Banderas o a éste, su mapache 2. Los párrafos que leerán a continuación tienen lenguaje que puede parecer ofensivo para personas que no entiendan el tono que se usa en Colombia, particularmente en Medellín, cuando se habla de fútbol con pasión. En ningún momento se pretende insultar a nadie y sólo se usa para expresar sentimientos de emoción desmesurada… Ya saben, es la disfuncionalidad colombiana :). Y ahora sí, sin más preámbulos, los dejo con Carlos y su entrada titulada “Los 12 peores de Asia, el inicio de las eliminatorias a Qatar 2022”. Traigan café que empezamos.

Creo que todo fanático al fútbol dirá sin temblarle la voz que el mejor evento de sus vidas ocurre cada cuatro años, y se llama la Copa Mundial de Fútbol de la FIFA, o El Mundial como le decimos con cariño los que referenciamos nuestra existencia en este mundo con sucesos tipo “Sí, mi hija nació despuesito del Mundial de Alemania“. Ahora, no sé si sabían que técnicamente el Mundial de Fútbol no es solamente el torneo de cada cuatro años sino que incluye también las eliminatorias. Entonces, eso que vemos cada cuatro años y que nos hace alejarnos de nuestras parejas poco comprensivas, perdernos de la vida de los amigos a quienes no les gusta el fútbol o hurgar clandestinamente por la web oscura en el computador de la oficina para encontrar algún canal de streaming – a sabiendas que es probable que se te meta un virus que te deje listo para protagonizar un capítulo de Black Mirror -, es oficialmente la Fase Final del Mundial de Fútbol. Cosas de Dios.
Entonces si les digo que ya comenzó el Mundial 2022 no es que me esté fumando una variedad hidropónica experimental. Aunque les cueste creerlo, ya estamos en pleno camino al Mundial de Qatar 2022 desde el 6 de junio pasado cuando comenzaron las eliminatorias para el Mundial (bueno, para la fase final) con unos partidos que no conoce ni la CIA pero que representan alegrías y frustraciones para un montón de países perdidos en el mundo… sí, de esos que uno solo ve en el Almanaque Mundial o, bueno…acá.
O sea, si les parece exótico y casi que de mentiras ver un partido de fútbol con Corea del Norte o Jordania, imagínense uno con Brunéi, Guam o Timor Oriental… y justamente esa combinación de fútbol más países raros es lo que (nos) atrae a tanto nerd no asumido. Por eso, hoy nos ocuparemos de este magno evento en este glorioso sitio, con el permiso del patrón y con todas las ganas que nos infunde la juvent… bueno, no, pero sí las ganas de hablar paja gratis. Así que repasaremos la primera jornada de las eliminatorias al Mundial de Qatar 2022 en las que se enfrentaron las doce selecciones más débiles de Asia.
Pero antes, señor, ¿cómo es el formato de competición?

En total serán 46 selecciones las que competirán por cuatro cupos directos más uno de repechaje por Asia al Mundial de Qatar. Imagínense: en la Conmebol somos 10 países y tenemos los mismos cupos que estos otros fulanos asiáticos… El tema pasa no sólo por el peso histórico sino por calidad deportiva per se: una selección Bolivia que a duras penas le saca un empate a Equidad en estadio de Techo y pidiendo la hora, le puede ganar facilito a al menos el 80% de los felices participantes de la Confederación Asiática de Fútbol (AFC). Y no: no es un chiste malo (bueno, sí pero ustedes me entienden): si vamos al ranking FIFA, los bolivianos que son la peor ubicada en Sudamérica en el puesto 62, tiene por encima de ellos solamente a cinco asiáticos…
Entonces, ¿cómo hacen en la AFC para seleccionar a sus clasificados si en Sudamérica duramos tres años jugando los mismos 10? Selección natural: unas maratónicas eliminatorias que se van deshaciendo sin piedad de los peores equipos en rondas sucesivas. La primera (que es la que nos ocupa) se jugó entre el 6 y 10 de junio pasados y participaron las doce peores selecciones de Asia en el ranking de la FIFA, de los cuales clasificaron seis a segunda ronda. Lo cual quiere decir que a estas alturas del partido, con el guayabo (Nota del Blog de Banderas: palabra colombiana para referirse a una resaca de los mil demonios) aún sin morirse de Rusia 2018, ya hay seis equipos en el mundo que NO van a pelear por nada durante cuatro años (!!!). Qué vaina tan dura en la vida… para rematar ni siquiera te dan más que una semana para hacer fuerza y parir erizos por tu selección: esta ronda se jugó con las doce selecciones agrupadas en seis playoffs – partidos de ida y vuelta -, de los que el perdedor quedaba fuera, así, sin asco y sin compasión.
Y ahora sí, a los partidos.
Bhután – Guam (1-0 en la ida; 0-5 en la vuelta): Clasificado Guam

Bhután es de esos países de los que uno oye en su vida unas dos o tres veces y nunca en una conversación informal: está enclavado en el Himalaya – entre India y China – con 800 mil habitantes en su mayoría budistas de los que 75 mil viven en su capital Timbú, y que genera cero noticias para el morboso resto del mundo. En fin, un país que vive en absoluta paz entre otras cosas – especulo – porque recién en 1999 se derogó la prohibición oficial para el uso de la televisión y el internet en la población. De hecho por allá la prosperidad se mide con el índice de Felicidad Nacional Bruta en lugar del Producto Interno Bruto que se usa en el resto de países del mundo.
Todo lo anterior no evita que su población viva con pasión el deporte más sabroso del universo, aunque en la corta historia de su seleccionado han tenido menos éxitos que el indie boliviano. De hecho, eran los últimos en el ranking en todo el mundo en 2015 (puesto 209) cuando sorpresivamente eliminaron en la primera ronda de las eliminatorias asíaticas a Rusia 2018 a Sri Lanka, y cuando digo “sorpresivamente” no sé qué más decir porque la verdad la selección de Sri Lanka debe valer bastante verga. Pero para los bhutaneses fue una gran hazaña (sí, ganarle a Sri Lanka) que se vio algo diluida cuando sus rivales en el grupo de segunda fase le fueron revoleando sistemáticamente los dedos todos juntos a punta de goles: 8 derrotas en 8 partidos jugados ante Qatar, China, Maldivas y Hong Kong, incluyendo un feroz 15-0 en Qatar y un implacable 12-0 en China. Al menos se dieron el gusto de anotar sus cinco golecitos, todos ante la nada prometedora Maldivas con quien igual perdieron 4-3 y 4-2.
A pesar del baño de realidad, esa clasificación y el jugar con selecciones más competitivas fue un champú para el fútbol del pequeño país asiático. Se esperaba entonces que pudiesen superar a la selección que enviaba Guam, la isla en el Pacífico con 160 mil habitantes perteneciente a Estados Unidos (como “Territorio no incorporado“), y que en la eliminatoria pasada quedó fuera rapidito. Pero antes que se imaginen a entusiastas muchachos locales manipulando torpemente un balón, les comento que Guam mandó un equipo plagado de gringos-guameños, o mejor dicho: descendientes de guameños nacidos, criados y (last but not least) formados como futbolistas en Estados Unidos, incluso con alguno que juega en la MLS. O sea, que el nivel de Matao (así le dicen a la selección de Guam, atención a los apodos) estaba repotenciado por la materia prima pulida en campeonatos de mucho mejor nivel que el de Bhután.

Sin embargo, en la ida en Timbú, los locales ganaron 1-0 con gol del delantero Tshering Dorji (el autor del gol decisivo de la clasificación ante Sri Lanka en 2015) ante la alegría del respetable público. Pero fue insuficiente porque en la vuelta en Guam, los locales aplastaron a los bhutaneses con un lapidario 5-0 y pasaron sobrados a segunda fase. El director técnico bhutanés le echó gran parte del muerto por el fracaso al calor del partido de vuelta en el estadio de Dededo (en serio, así se llama la “ciudad” más grande de Guam), lo cual puede ser medio excusa, pero que si se ponen a pensar en un equipo semiamateur acostumbrado a jugar en clima a lo mucho templado y a más de 2000 metros de altura, de repente yendo a cocinarse en una cancha en la que impera una temperatura similar a la del infierno a las 2:00 p.m., bueno, le ven su lógica. Abajo ven los goles de la vuelta, y ahí notan que los muchachos de Bhután están más incómodos que Colombia con Duque de presidente… en todos los goles se les nota que están como encandilados por el sol y reventados del bochorno. En fin, suponemos que el Índice Nacional de Felicidad Bruta bajó unos puntos este mes.

Mongolia – Brunéi Darussalam (2-0 en la ida; 1-2 en la vuelta): Clasificó Mongolia

Para un país como Mongolia en el que el fútbol está muy abajo en el fervor popular – le ganan sobrado la arquería, la lucha y montar a caballo, entre otros – pasar de esta primera ronda ya es un logro. Para Rusia 2018, Los Lobos Azules no pudieron contra Timor Oriental, pero para estas eliminatorias, el asunto se presentaba más favorable al emparejarse contra la poco conocida Brunéi, que a pesar de – este sí – ser un país futbolero ha cosechado menos alegrías que la política en Colombia. Los esforzados mongoles aprovecharon en la ida en Ulán Bator para sacar la ventaja con un 2-0, ayudados en gran parte por la reacción incomprensible del arquero bruneano en el primer gol y el candor de los defensas en el segundo. Acá los goles de la ida, y recomendamos ver el video para sentir la emoción desenfrenada de la afición y de los cantantes-del-gol mongoles:
Pero en la vuelta en Bandar Seri Begawán – antes que googlee, es la capital de Brunéi – la cosa se puso maluca para los mongoles al ver cómo Tebuan (La Avispa, así le dicen a la selección de Brunéi, supongo por sus colores, dudo que sea por lo punzantes…) empató la serie con dos goles en el primer tiempo que también contaron con ayudita: la del arquero mongol Saikhanchuluun Amarbayasgalan que inspiraba menos seguridad que andar por el centro de Bogotá de noche (abajo el video). Pero un penal comenzando el segundo tiempo, que siendo estrictos no pasaba cinco segundos de VAR, le cayó de perlas a Mongolia para descontar, y aguantar hasta el final para clasificar por primera vez en su historia a alguna cosa.

Laos – Bangladesh (0-1 en la ida; 0-0 en la vuelta): Clasificó Bangladesh

No exagero si afirmo que las esperanzas de cualquiera de los dos contendientes en este playoff se basaban sobre todo en ser menos peor que el rival. Y resultó siendo Bangladesh, país con casi nula tradición futbolística debido principalmente a que la mayoría de los quintillones de habitantes del país se decanta por el mucho más popular críquet, y que no ha tenido casi alegrías en el deporte de la pelota (ni en nada, de hecho). En la ida en Vientián, la capital de Laos, ante un marco desolador en las tribunas (4,572 personas según el reporte oficial) los locales se les fueron encima a los bangladesíes y los apretaron con un estilo de juego rarísimo: punzante e intenso pero también acrobático y con constantes cabriolas (en serio) así como para revolucionar el fútbol con las artes marciales, y hasta con una tendencia a querer meter goles olímpicos (no les miento: miren el resumen del video abajo ignorando el sospechoso sonido ambiente). El autor de casi todas las rocambolescas pero peligrosas jugadas era su capitán Souk Aphone Vongchiengkham, que les digo que al menos para un Atlético Huila puede servir… Pero fue Bangladesh el que metió el único gol del partido en un contragolpe y se fueron al carajo las cabriolas.

Y en la vuelta en Dacca el marcador no se movió a pesar que el partido fue más parejo, con lo que clasificó Bangladesh y nos dejó con las ganas de ver más partidos de Laos y su estilo de juego Mortal Kombat style.
Malasia – Timor Oriental (7-1 en la ida; 5.1 en la ¿vuelta?): Clasificó Malasia

Timor Oriental también tiene sus historias de las eliminatorias pasadas, pero en este caso son mucho más turbias. En 2015 pasaron de fase al vencer fácil a Mongolia, lo que fue medio sorpresivo no por los mongoles (que la última vez que metieron miedo con más de diez tipos en campo abierto fue con Kublai Khan), sino porque no se esperaba que esta ex-colonia portuguesa recién liberada en 2002 de una sangrienta y desgastante ocupación por parte de Indonesia, pudiese no les digo juntar once tipos que le pasen el balón al compañero, sino armar un equipo de fútbol competitivo. Ya en segunda fase no pintaban para clasificar pero sí hicieron partidos bastante dignos ante selecciones mucho más tradicionales del continente.
Pero lo que parecía una historia de superación de esas que aparecen en videos que suben las tías al muro de Facebook resultó siendo tremendo fraude. Viendo las fotos de esos partidos se notaba cierto aire, ehh, anómalo en las caras de los jugadores timorenses: una pinta de fake que no cuadraba con lo que uno esperaría fuera gente del Sudeste de Asia. Revisando con detalle estas fotos y buscando por internet la procedencia de los jugadores en detalle (no afirmo ni niego que yo lo hice) se encontraba que la mayoría de los titulares habían nacido… en Brasil. ¿Qué pasó? Que los de la Federación Timorense se pusieron a reclutar a mercenarios futbolistas brasileños, de esos random que viajan de algún club ignoto de la Cuarta División del Torneo Paulista para ganar en dólares – aunque le retengan el pasaporte – en la liga vietnamita o indonesia, los llevaba al país, les falsificaban documentos y CASUALMENTE eran convocados a la selección.
La FIFA se la pilló y terminó encontrando las irregularidades – hasta 12 jugadores brasileños piratas encontró en la selección – y les metió su sanción. Por lo que para estas Eliminatorias les tocó ponerse serios y no convocar mercenarios: esta vez confiaron en el talento local en su playoff ante Malasia, como vemos acá:
¿El resultado? Macabro: Malasia ganó la ida 7-1 en Kuala Lumpur, y la vuelta 5-1 en… Kuala Lumpur. ¿Cómo? Pasó que O Sol Nascente (hermoso apodo para Timor Oriental por su bandera) no pudo usar el Estadio Nacional de Timor Oriental de Dili por no estar en condiciones, por lo que les tocó escoger otra sede para su partido. Supongo que por tema de billete y falta de fe en su gente, decidieron jugar ambos encuentros en la sede de su rival, y Los Tigres Malayos no desaprovecharon semejante papayazo. Viendo el video de abajo pareciera que Malasia es un Barcelona de Pep Guardiola, pero la verdad que el nivel de los timorenses es pobretón: desde el arquero – sale volando para el carajo en todas las fotos de los goles – hasta sus delanteros dan bastante pena. Pero al menos esta vez usaron 100% producto local…


Camboya – Pakistán (2-0 en la ida; 2-1 en la vuelta): Clasificó Camboya

Pakistán es otra de las selecciones de fútbol que tiene que luchar con la indiferencia general en un país en el que lo que practican no es popular: en su caso le sobrepasan lejísimos en el gusto de la masa el críquet, hockey sobre césped y squash. Así que no extraña que este Estado de más de 200 millones de habitantes a duras penas se junten once tipos parra patear una pelota, y que sus resultados han sido siempre desastrosos. Y eso que normalmente (al menos en los últimos tiempos) los jugadores que visten la camiseta de la selección suelen ser en su mayoría británicos descendientes de pakistaníes, que nacieron en las islas y se formaron en clubes de Inglaterra, predominantemente del ascenso inglés.
Tan malo es su nivel que ni así les alcanza para hacer nada: contra la débil Camboya no supieron ni siquiera preocuparlos en algún momento. La ida en Phnom Penh se saldó con un 2-0 para Los Guerreros Angkor (gran apodo) ante un marco, este sí, más acorde para un encuentro eliminatorio a un Mundial de Fútbol: más de 33,000 personas fueron a hacerle fuerza a sus muchachos. A los pakistaníes no les ayudó mucho el hecho que por mierderos internos dentro de la Federación Pakistaní de Fútbol, haya ahora mismo dos facciones luchando por la presidencia de la misma, lo que derivó entre otras cosas en que cada una convocó y mantuvo una selección de su cuenta para afrontar estos partidos. La selección que jugó contra Camboya fue la de la facción reconocida por la FIFA, que para evitar interferencias incómodas decidió acoger el juego de local… en Doha (Qatar). Obviamente no les sirvió para un carajo y perdieron 2-1 ante 300 desocupados/sin oficio que fueron a ver el partido… Después criticamos los líos de la Federación Colombiana… total que terminaron clasificando los camboyanos, que como dato de color están dirigidos nominalmente por el exinternacional japonés Keisuke Honda pero en la práctica por un argentino de 30 años que era su intérprete y que tiene curso de Director Técnico: un tal Félix Dalmás. Trabajo si hay, sólo hay que ser de buenas saber buscar…

Macao – Sri Lanka (1-0 en la ida; 0-3 en la vuelta por escritoriazo): Clasificó Sri Lanka

Y el último de los playoffs a reseñar acá tuvo un final accidentado para Macao. Porque la selección de la antes colonia portuguesa y hoy Región Administrativa Especial de China – que así como Hong Kong compiten en torneos FIFA a pesar de no ser Estados independientes -, venció en la ida en Zhuhai (China) a Sri Lanka 1-0 con gol de un macaense-portugués: Filipo Duarte. Hay que decir que en este caso al menos A Equipe Verde no se llena de portugueses random sino que confía en su ¿talento? local: sólo tres “extranjeros” integraron su selección. Un 1-0 que no se supo si hubiese sido suficiente para clasificar, porque Macao renunció a viajar a Colombo para la vuelta aduciendo razones de seguridad, pero la FIFA no les comió cuento y los sancionó con pérdida del encuentro 3-0 (“por W” como decía uno cuando jugaba de pelao en la calle), por lo que terminó clasificando Sri Lanka de puro rebote.

Y eso fue todo por ahora. ¿Qué viene ahora para las seis felices sobrevivientes de esta primera ronda? Unirse a las otras 34 selecciones de Asia – las que están arriba de ellas en el ranking FIFA – para ser repartidas en ocho grupos de a cinco equipos en un sorteo que se realizará en Kuala Lumpur este 17 de Julio. Estos pentagonales disputarán sus partidos en formato todos-contra-todos de local y visitante entre Septiembre 5 de 2019 a Junio 9 de 2020: de aquí sobrevivirán los ocho ganadores de grupo más los cuatro mejores segundos. O sea: doce selecciones pasarán a las tercera ronda. Y aquí muy seguramente terminará el sueño lindo de Guam, Malasia, Sri Lanka, Camboya, Bangladesh y Mongolia: la posibilidad de cualquiera de ellos de ser parte de esos doce son más remotas que la paz en Colombia bajo el gobierno Duque. Es que les tocará enfrentarse no sólo a selecciones mejores y de más billete sino con potencias como Irán, Japón o Australia (por si no lo sabe participa en las Eliminatorias Asiáticas desde 2010), que no sólo tienen millones de veces más nivel, sino que juegan de local ante más de 70 mil personas que te echan encima el estadio.
Pero qué va: todo es relativo. Para un seleccionado como, por decir algo, Mongolia, ya es ganancia clasificar. Llevar selecciones de primer nivel continental a sus casas, a ver si despiertan en algo a su afición aletargada, competir contra jugadores top asiáticos, ya es más de lo que han hecho en toda su vida. Así que rogamos que no los masacren tan feo y agarren moral para lo que se viene, que como en otras situaciones similares, será incómodo y difícil pero se recordará toda la vida.
Y listo: esperamos volver a contarles más historias de estos partidos hermosos… eso si no le llueve el bullying al señor Mapache.
Y hasta aquí llegamos por hoy con Carlos y su recorrido por los 12 peores países de Asia en fútbol. Espero que les haya gustado y, como les dije antes, no me responsabilizo por nada de lo que dijo Carlos. Cualquier insulto, lo buscan en tuíter y le dicen ustedes. Nos vemos en una próxima oportunidad (que algo me dice que será sobre Kenya o Bhután… ya les contaré) y, como siempre, ¡adiós pues!