Después de unos meses de ausencia, vuelve el Blog de Banderas con una entrada sobre Corea del Norte, un país que ha estado tan de moda por estos días a propósito de la reunión entre Kim Jong Un y Donald Trump en Singapur. Y es que a mí Corea del Norte siempre me ha fascinado. Claro, agradezco a todas las deidades del cielo no haber nacido allá, pero no me pueden negar que es uno de esos países tan enigmáticos que no puede uno más que sentirse atraído por su historia, su régimen, su gente y sus relaciones con el resto del mundo.
Y justamente ese último punto es el que vamos a tratar hoy en esta entrada. A pesar de que Corea del Norte es uno de los países más herméticos del planeta, su régimen siempre ha intentado mantener relaciones fuertes con países con los que, de cierta forma, comparte su visión de mundo. Su primera línea de acción siempre fueron los miembros del Bloque Comunista durante la Guerra Fría, muchos de los cuales aún mantienen fuertes vínculos con Pyongyang incluso después de la transición a la democracia durante la década de 1990. Ahora, su otro grupo de interés ha sido los nuevos países de Asia y África a quienes Corea del Norte brindó apoyo político y militar durante sus procesos de independencia.
Y son estos últimos quienes, aún con las sanciones que ha impuesto la ONU sobre Corea del Norte, todavía mantienen vínculos fuertes con el país. La razón es muy sencilla y la explica claramente Tuliameni Kolomoh, asesor del Ministerio de Relaciones Exteriores de Namibia y antiguo embajador namibiano en Washington: “Nuestra visión del mundo está determinada por quién estuvo a nuestro lado durante los momentos más críticos de nuestra lucha, y Corea del Norte siempre estuvo ahí para nosotros”.
Así, en su afán de mantener apoyos externos al régimen, Pyongyang ha cultivado sus relaciones diplomáticas con países del Sur, particularmente en África. Pero no se trata sólo de amistad entre naciones o de relaciones diplomáticas cordiales. Estos países también se han convertido en una opción de generación de ingresos – bastante extraña por demás – para el régimen de Corea del Norte. Entonces traigan café y acomódense que vamos con la historia de cómo la experiencia en lavado de cerebros del régimen norcoreano le abrió una puerta para utilizar el arte no sólo como herramienta de política exterior sino también para ganarse uno que otro millón de dólares. Empezamos:
Corría el año de 1959 cuando el máximo líder de Corea del Norte, Kim Il Sung, creó una compañía llamada Mansudae encargada de diseñar y construir todas las estatuas, mausoleos, murales y afiches de propaganda comunista y antioccidental que el régimen necesitaba para consolidarse en el poder. Con el pasar de los años, Mansudae se convirtió en el centro de producción de arte más grande del mundo con 120.000 metros cuadrados de área y unas 4.000 personas trabajando en los diferentes proyectos. Es más, el proyecto era tan importante para Kim Il Sung que cerca de 1.000 de sus trabajadores iniciales fueron seleccionados personalmente por él entre las academias de arte más prestigiosas del país y hoy en día, la mayoría de los artistas son graduados del programa de artes de la Universidad Kim Il Sung en Pyongyang.
Las esculturas producidas en Mansudae empezaron a llenar las calles, parques y mausoleos de Corea del Norte. Entre sus obras más importantes se encuentran el Monumento a la Fundación del Partido de los Trabajadores de Corea con la hoz, el martillo y la pluma característicos en las imágenes del régimen; el Monumento Chollima que representa un caballo volador de la mitología china y que hace referencia al programa norcoreano para incrementar la productividad de sus trabajadores; el Gran Monumento de la Colina Mansu que cuenta con 229 estatuas en total entre las que se destacan dos gigantes de Kim Il Sung y Kim Jong Il; y la Torre Juche dedicada a la ideología de autosuficiencia defendida por el régimen. Y estos son sólo cuatro de los miles de monumentos que están dispersos por ciudades y pueblos del país. Los Kim se habían tomado en serio esa tendencia comunista de inmortalizar al partido y sus líderes en estatuas y, a través del trabajo de la compañía Mansudae, ahora el país estaba lleno de esculturas y monumentos que exaltan el nacionalismo norcoreano. Les muestro:




Y entonces, como los artistas de Mansudae se habían convertido en unos genios a la hora de hacer esculturas monumentales, los Kim se dieron cuenta de que tenían una mina de oro en sus manos. Así, en 1970, el régimen decidió crear el Mansudae Overseas Project Group, una división de la compañía madre que estaría destinada a diseñar y construir monumentos y mausoleos de gran tamaño alrededor del mundo para los gobiernos de países amigos. El negocio fue tan bueno que para 2011, la empresa ya había ganado más de 160 millones de dólares para el régimen en contratos fuera de las fronteras del país. Pero claro, como es normal en los países comunistas, también hay que decir que muchos de esos monumentos y esculturas fueron donados por Corea del Norte a sus aliados sin ningún costo. Esto quiere decir que los Kim entendieron que si bien Mansudae podía ser una gran fuente de ingresos, también podía convertirse en una herramienta de política exterior a través de la cual el régimen obtendría apoyos y contratos “a cambio” de donaciones de piezas de arte construidas por la compañía. Era sin duda un negocio redondo.
Pero el éxito de Mansudae se basa en una serie de ventajas asociadas con su pertenencia al régimen norcoreano. Primero, después de que la Unión Soviética, China y los países de Europa Oriental dejaron de construir estatuas monumentales a partir de la década de 1990, Mansudae quedó como la única empresa en el mundo dedicada a esta labor. Sí señores, no tienen competencia alguna. Segundo, como Corea del Norte aún tiene la necesidad de continuar exaltando el nacionalismo en su territorio a través de imágenes y monumentos, tiene la capacidad instalada permanente y la mano de obra necesaria para mantener la compañía viva. Y si ya tengo la capacidad de producción, ¿por qué no usarla para generar ingresos y aliados por fuera? Y tercero, Mansudae es la única empresa de su tipo en el mundo que está en capacidad de enviar grandes equipos de artistas y escultores a otros países por largos períodos de tiempo. En últimas, la facultad de artes de la Universidad Kim Il Sung se dedica casi exclusivamente a educar artistas para la empresa.
Así, desde Alemania hasta Zimbabwe, Mansudae lleva décadas construyendo desde mausoleos dedicados a líderes de la independencia hasta palacios presidenciales en países amigos y, con esto, Corea del Norte y sus líderes han dejado la que es tal vez su huella más grande fuera de sus fronteras. Vamos entonces con algunos de los monumentos más famosos construidos por Mansudae alrededor del mundo:
Luanda, Angola: Mausoleo de Agostinho Neto
En 2002, el gobierno angoleño inauguró este Mausoleo destinado a albergar los restos de Agostinho Neto, el médico y poeta que sirvió como el primer presidente de Angola entre 1975 y 1979. El diseño en forma de cohete mezcla elementos tradicionales del socialismo angoleño como la rueda de engranajes y el machete con elementos claramente futuristas. Con 12.000 metros cuadrados de área y 120 metros de altura, el Mausoleo también tiene un museo cuenta la historia de la independencia del país y el papel que jugó Neto en la lucha contra el dominio portugués. Dentro del complejo, una de las estatuas más importantes y curiosas es la de un elefante arrodillándose en dirección a la tumba de Neto.
Aunque en una primera instancia era una empresa brasilera la que lo iba a construir, finalmente el contrato de 40 millones de dólares fue otorgado a la compañía norcoreana Mansudae en razón a los ya existentes lazos entre Luanda y Pyongyang que datan de la lucha por la independencia angoleña. Sin embargo, a partir del endurecimiento de las sanciones contra Corea del Norte por parte de la ONU, Angola “invitó” a los 150 empleados de Mansudae que aún trabajaban en el Mausoleo a abandonar Angola en 2017. Para 2018, el gobierno angoleño había dado por terminado el contrato con la compañía norcoreana y ahora el mantenimiento y obras complementarias están a cargo de constructores nacionales.
Lo que sí es cierto es que el mausoleo cumple con las características típicas de las obras construidas por Mansudae: es monumental, se ve desde gran parte de la ciudad y tiene ese innegable aire comunista que lo transporta a uno a las calles de Pyongyang. Vean:



Abomey, Benín: Estatua del Rey Béhanzin:
Béhanzin fue el Rey de Dahomey entre 1889 y 1894. Con su ejército de amazonas vírgenes (mujeres guerreras de su guardia personal) luchó ferozmente para preservar la independencia de Dahomey entre 1892 a 1894 contra las tropas francesas comandadas por el general Dodds. Es más, durante la época, Béhanzin tenía el ejército más poderoso de todo el Golfo de Guinea. Béhanzin recibió grandes sumas de dinero de Francia para comprar su amistad. Sin embargo, el “soborno” no le funcionó muy bien a París porque el rey lo usó para comprar fusiles alemanes, ametralladoras y 6 cañones Krupp para ser usados en contra de las tropas francesas… Nadie sabe para quién trabaja. En cualquier caso, después de dos años en los que sufrió múltiples bajas a manos de los franceses (1890-1892), Béhanzin firmó su rendición en 1894 antes de ser exiliado con su familia y su corte en la isla de Martinica.
Sobre la estatua no hay mucha información. Se sabe que la contrató el gobierno de Benín para ser instalada cerca de su antiguo palacio en la ciudad de Abomey donde aún se encuentra hoy. En la parte baja de la estatua se lee la frase (en francés): “Jamás aceptaré firmar ningún tratado que lleve a renunciar a la independencia de la tierra de mis ancestros”.


Gaborone, Botswana: Monumento a los Tres Dikgosi:
Como ya les había contado en esta entrada sobre Gaborone, la ciudad es la materialización misma del tedio. No hay mucho que hacer y ni si quiera el monumento a los Tres Dikgosi (que es el lugar más visitado de todo Gaborone) logra salvar el día recorriendo las calles de esa aburrida, aburridísima “metrópoli”.
En cualquier caso, el monumento tiene estatuas de 5.4 metros de altura de los 3 Digkosi (jefes tribales) que participaron en la independencia de Botswana: Khama III, Sabele I y Banthoen I. De hecho, ellos 3 fueron responsables de viajar a Londres en 1895 a decirle a su majestad la Reina que querían que el Protectorado de Bechuanalandia (hoy Botswana) fuera separado de la Sudáfrica Británica y de Rhodesia. Con eso, el territorio se mantuvo al margen de los conflictos relacionados con el Apartheid tanto en Sudáfrica como en Rhodesia del Sur durante gran parte del siglo XX. Es más, mientras todos sus países vecinos estaban en guerra, Botswana permanecía en completa calma… motivo por el cual fue llamada la “Suiza de África” durante la Guerra Fría.
El monumento fue inaugurado en 2005 por el presidente Festus Mogae. Y aparte de la críticas que recibió por haber sido construido por los norcoreanos, algunas comunidades del país afirman que el monumento es una manifestación de la dominación de los Tswana sobre los demás grupos del país. Aún así, los tres Digkosi siguen ahí, aburriéndose a diario en la ciudad más tediosa de todo el continente africano.



Siem Reap, Camboya: Museo de Angkor Panorama
Con un costo de cerca de 32 millones de dólares, el Museo de Angkor Panorama está justo al lado del Complejo de Angkor Wat, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y el complejo religioso más grande jamás construido en el planeta. Al entrar, un grupo de guías turísticos norcoreanos reciben a los visitantes en un salón dominado por un mural de 360 grados que le da la vuelta a todo el interior del edificio y que con sus 120 metros de largo y 13 metros de alto retrata a Angkor entre los años 802 y 1431. Como los guías turísticos, el mural también viene desde Corea del Norte… específicamente de los talleres de la Mansundae en Pyongyang donde cerca de 63 artistas trabajaron durante 2 años para completarlo.
Según los gobiernos de Camboya y Corea del Norte, el museo es una muestra más de la profunda amistad entre los 2 países. Tanto así que Camboya le concedió a Corea del Norte el manejo del museo por 10 años e incluso, a pesar de las sanciones contra el régimen de Pyongyang, accedió a dividir lo ingresos en partes iguales. Sí señores, durante 10 años, la mitad de los ingresos del museo va derecho para las arcas del régimen norcoreano. Sin embargo hay un pequeño problema. Como Angkor Wat está literalmente al lado, los turistas prefieren pasar sus horas en el complejo arqueológico que en el museo. Así, por más maravillosas que sean las obras sobre Angkor que llegaron desde Pyongyang, sólo 30 personas visitan el museo al día. No resultó tan buen negocio después de todo. Aún así, la presencia norcoreana en la ciudad más turística de Camboya está garantizada al menos hasta 2026.



Kinshasa, Rep Dem del Congo: Monumento a Laurent-Désiré Kabila
Después de llegar al poder en 2001, Joseph Kabila, actual presidente de la República Democrática del Congo le encargó a la compañía Mansudae la construcción de una estatua de su padre, Laurent-Désiré Kabila, que sería ubicada en medio de una glorieta en la ciudad de Kinshasa frente al Mausoleo del expresidente. El resultado final fue un monumento de 7.6 metros de altura con un Kabila sosteniendo un libro con una mano mientras la otra apuntaba hacia el cielo. Hasta aquí todo en orden. El problema es que cuando los congoleses vieron la estatua, se dieron cuenta que el cuerpo no correspondía al de Kabila sino a alguien más… Y sí, resulta que como en Mansudae estaban acostumbrados sólo a hacer estatuas de Kim Il Sung, no tuvieron ningún problema en usar el cuerpo del antiguo líder norcoreano y simplemente cambiarle la cabeza por la de Kabila Es más, hasta el vestido que le pusieron es el tradicional del ejército norcoreano… nada que ver con las vestimentas del antiguo presidente congolés. Todo mal.
Aún así, la estatua fue instalada en Kinshasa y ahora hay un pedacito de Corea del Norte que hace parte del complejo del Mausoleo de Laurent-Désiré Kabila justo al frente del Palacio de la Nación al final de la Avenida de los Héroes Nacionales. Sin duda el lugar más privilegiado de todo Kinshasa.


Addis Abeba, Etiopía: Monumento Tiglachin
Aunque a veces es conocido como el “Monumento al DERG“, es decir, el Comité de Coordinación de las Fuerzas Armadas (que sirvió como gobierno militar provisional de la Etiopía Socialista y que significó uno de los períodos más represivos de la historia del país), en realidad el monumento no tiene absolutamente nada que ver con el régimen comunista etíope. Por el contrario, es un memorial a las tropas etíopes y cubanas que murieron durante la Guerra del Ogadén cuando Somalia invadió la región oriental de Etiopía.
El memorial cuenta con una estatua central que contiene a dos hombres y una mujer armados, así como la hoz y el martillo característicos del comunismo. Luego hay un gran pilar de 50 metros que está adornado con una Medalla de la Orden de la Estrella de Honor, la distinción más alta otorgada por la Etiopía socialista, que pesa 700 kilos y tiene un diámetro de 2.7 metros. Finalmente, a los lados, hay muros con las fotos de los etíopes y cubanos que murieron durante la guerra además de murales de estilo marxista que contienen, por un lado, a Mengistu Haile Mariam (jefe del DERG y dictador de Etiopía entre 1977 y 1991) vestido con uniforme militar liderando a las tropas y, por el otro, al antiguo emperador Haile Selassie montado a caballo mientras ignora a la gente que está muriendo de hambre a su alrededor. Sin duda un memorial con muchísima carga política en el que Mariam presenta a su antecesor como un líder inhumano a quien poco o nada le importaba la población.
En el pedestal de la estatua central está la inscripción en idioma amhárico “ለእናት አገራችንና ለአብዮታችህ ህልውና መከበር ሲፋለሙ የወደቁ ጀግኖች ተግባራቸው ህያ ው” (¿no les parece que el alfabeto amhárico es hermosísimo?) que traduce: “Las acciones de los héroes que cayeron en la lucha por la vida y el respeto de nuestra madre tierra y nuestra revolución son inmortales”.
Y ahí lo tienen, el monumento Tiglachin en Addis Abeba que hoy se cae a pedazos porque al nuevo gobierno, sí, a ese que reemplazó al DERG, le importa poco o nada mantener un monumento construido por el enemigo. Incluso hay miembros del gobierno actual que han propuesto derribarlo y así acabar con el legado del DERG en el país.

![The Mansudae Overseas Project - Ethiopia - By Andrew Moore from Johannesburg, South Africa (Statue - Tiglachin Monument (1984)) [CC BY-SA 2.0], via Wikimedia Commons](http://publicdelivery.org/wp-content/uploads/2017/11/The-Mansudae-Overseas-Project-Ethiopia-By-Andrew-Moore-from-Johannesburg-South-Africa-Statue-Tiglachin-Monument-1984-CC-BY-SA-2.0-via-Wikimedia-Commons-880x1359.jpg?resolution=1366,1)

Frankfurt, Alemania: Fuente del Cuento de Hadas
La fuente del cuento de hadas inicial, la de antes, era una reliquia modernista que databa de 1910 y que fue derretida para usar su metal durante la Segunda Guerra Mundial. Bueno, pues a los alemanes les dio por reconstruirla y qué mejor opción que los famosísimos artistas de la Mansudae en Pyongyang. Es extraño porque Alemania es el único país europeo que ha usado los servicios de la compañía. En cualquier caso, la estatua reconstruida muestra a una ninfa acuática que se asemeja a la hija de un panadero del Frankfurt de principios de siglo. Hoy la estatua está ubicada en la Plaza Willy Brandt al frente del Teatro Municipal en pleno centro de Frankfurt.


Maputo, Mozambique: Estatua de Samora Machel
La estatua de Samora Machel, primer presidente de Mozambique, fue ordenada por el presidente Armando Guebuza para conmemorar los 25 años del fallecimiento de Machel el 19 de octubre de 2011. Construida por los artistas de Mansudae, la estatua de bronce mide 9 metros de alto y pesa nada más que 4.8 toneladas. Fue ubicada en medio de la Plaza de la Independencia de Maputo, justo al frente de la alcaldía de la ciudad y al final de la Avenida Samora Machel, y reemplazó a la estatua de Joaquim Augusto Mouzinho de Albuquerque, el gobernador general portugués de Mozambique entre 1896 y 1897. Así, además de conmemorar a uno de los grandes líderes de la independencia del país, la estatua de Samora Machel también se convirtió en un paso más de la política de “africanización” del país que busca exaltar los valores y personajes mozambiqueños por encima de la influencia portuguesa de la colonia.
Como dato curioso, Machel murió cuando el avión en el que viajaba se estrelló cerca del punto donde convergen Sudáfrica, Swazilandia y Mozambique. Aunque no se ha podido comprobar, se sospecha que fue el régimen del Apartheid en Sudáfrica el que saboteó el avión y generó el accidente. Pueden leer al respecto en esta entrada titulada “11 presidentes que murieron en accidentes aéreos“. Además, Samora Machel fue el primer esposo de Graça Machel quien, después de la muerte de su esposo, se convertiría en la tercera esposa de Nelson Mandela. Ella es la única mujer en el mundo que ha sido primera dama de 2 países: Mozambique y Sudáfrica. Y que no digan que en el blog de banderas no les damos datos curiosos.


Windhoek, Namibia: Acres de los Héroes
Construido por orden del presidente Sam Nujoma, los acres de los héroes en Windhoek tienen como propósito “fomentar el espíritu de patriotismo y dejar un legado para las futuras generaciones de Namibia”. El memorial consiste en un obelisco de mármol, una estatua de un soldado desconocido, un teatro para 5.000 personas y un cementerio con capacidad para 174 tumbas de las cuales sólo 24 están ocupadas. Ahora, aunque hay personajes famosos que tienen una tumba en el lugar, eso no significa que sus restos se encuentren ahí. De hecho, los restos de algunos de ellos aún se encuentran en Alemania donde fueron llevados para ser estudiados en universidades del país y comprobar la superioridad de la raza aria. Es una vergüenza.
En cualquier caso, la construcción de los acres de los héroes generó un gran debate en Namibia por varias razones. Primero, su construcción se le adjudicó a Mansudae sin ningún proceso de licitación. Segundo, fue construido con mano de obra de Corea del Norte y no de Namibia… esto, claro, no le gustó mucho a los locales. Tercero, a pesar de que el contrato se adjudicó por 60 millones de dólares de Namibia (unos 4.4 millones de dólares), el costo final del proyecto terminó siendo el doble. Y cuarto, la estatua del soldado desconocido es sospechosamente parecida a Sam Nujoma, el presidente del país que mandó a construir el memorial. Esto hizo que la oposición no sólo lo acusara de corrupción y malversación de fondos, sino también de ególatra argumentando que se había mandado a hacer un memorial para él mismo. Y sí, el asunto queda medianamente comprobado cuando uno mira la frase que aparece sobre el pedestal de la estatua de Nujoma: “Gloria a los caídos héroes y heroínas de la madre patria Namibia” y luego firma él: Sam Nujoma. Miren:




Windhoek, Namibia: Palacio Presidencial
En septiembre de 2002, tres años antes de terminar su mandato presidencial, Sam Nujoma se dio cuenta que la antigua casa presidencial no tenía el suficiente espacio para todos los trabajadores de la presidencia y, lo más importante, no había suficientes estacionamientos para todos sus carros. Sí señores, ese fue uno de los criterios. Al estar ubicada en pleno centro de Windhoek, el espacio para ampliarla era limitado y, por eso, decidió que era necesario construir una nueva casa presidencial.
Así, entre 2002 y 2008, cerca de un centenar de artistas y obreros norcoreanos trabajaron de la mano con 40 compañías subcontratistas namibias en la construcción del proyecto que finalmente concluyó con el traslado de la presidencia y las oficinas de todos los ministros al nuevo palacio presidencial en 2010. Y para que no queden dudas de quiénes son los amigos del gobierno namibio, a la inauguración asistieron Kim Yong Nam, Presidente de la Asamblea Suprema del Pueblo de Corea del Norte, y Leopoldo Cintra Frías, general del ejército cubano.
El lugar es sin duda particular y, como se ve en las fotos de abajo, tiene un aire a los edificios gubernamentales característicos del comunismo. En la parte superior de la fachada tiene la mitad del sol que se encuentra en la bandera de Namibia y, al frente, un águila pescadora africana, símbolo del país que además aparece sobre el escudo de armas y varios animales africanos hechos en bronce y obviamente traídos desde Pyongyang. En el interior del palacio, 2 imponentes obras más que también llegaron desde Mansudae en Corea del Norte: Un mosaico en el que se ven mujeres pertenecientes a cada una de las comunidades del país tallado en madera y una gran pintura de las Cataratas Epupa que sirven de frontera entre Namibia y Angola. Alrededor del complejo hay una cerca de 2 kilómetros de largo que está dominada por Welwitschias doradas, sí, esa planta horrorosa pero fascinante que sólo se encuentra en el desierto de Namib en Namibia y Angola y que se ha adaptado a las condiciones de sequía de la zona para llegar a vivir hasta 2000 años.
Sin duda un edificio con muchísima simbología que logró unir los elementos tradicionales de Namibia con la arquitectura y diseño norcoreanos. Al final, Mansudae y el régimen norcoreano se llevaron la nada despreciable suma de 45 millones de dólares y un par de terrenos en la zona industrial de Windhoek donde, hasta el año pasado, aún vivían cientos de ciudadanos norcoreanos que trabajaban en proyectos artísticos con el gobierno de Namibia.


Windhoek, Namibia: Museo de la Independencia
Ahora, si a mí me preguntan cuál es el edificio más inmundo que he visto en toda mi vida, tengo que contestar sin ningún tipo de reparo que es el Museo de la Independencia de Windhoek. ¡Cosa horrorosa! Ubicado entre el Alte Feste, la antigua fortaleza alemana en pleno corazón histórico de la ciudad (y que además sirvió como el primer campo de exterminio alemán en Namibia – pueden leer al respecto en esta entrada), la Iglesia de Cristo (que además es hermosísima porque parece sacada del cuento de Hänsel y Gretel) y el Parlamento de Namibia, el nuevo Museo de la Independencia es un adefesio dorado espantoso que desentona por completo con el entorno. Es más, lo hubieran podido construir en medio del desierto a cientos de kilómetros del edificio más cercano y aún así desentonaría, básicamente porque no hay forma de que esa cosa tan inmunda se vea bien en lugar alguno. Les repito, ¡COSA IN-MUN-DA!
Pues bien, después de la independencia, el gobierno de Namibia usó provisionalmente el Alte Feste para recopilar todos los elementos e información que fueron fundamentales en historia de Namibia durante el Siglo XX: primero la colonización alemana y el posterior genocidio de las poblaciones Herero y Nama, y luego la lucha por la independencia contra Sudáfrica. Era un acto altamente simbólico al usar el lugar de mayor opresión durante la colonia para mostrar a la Namibia independiente y próspera de hoy.
Pero la idea no era dejar el Alte Feste como museo permanente. Así, entre 2011 y 2014, la compañía norcoreana Mansudae trabajó en la construcción de un nuevo museo que se adaptaría a las (horrorosas) necesidades del gobierno de Namibia. El resultado final fue un edificio dorado espantoso de 40 metros de alto con 5 pisos que se organizó así:
- Primer piso: Murales que muestran la lucha por la independencia y accesos.
- Segundo piso: Dedicado a la represión colonial por parte de alemanes y sudafricanos.
- Tercer piso: Dedicado a la liberación y conmemora los mártires de la Guerra de la Frontera con Sudáfrica y el papel del Ejército Popular de Liberación de Namibia.
- Cuarto piso: Dedicado al camino a la independencia y la participación de la ONU y de la Organización del pueblo de África del Sudoeste (SWAPO) en la liberación de Namibia.
- Quinto piso: un restaurante con las mejores vistas de Windhoek (algo bueno tenía que tener ese lugar, ¿no?).
Abajo, en la entrada, 2 esculturas que llegaron desde Pyongyang. Una del primer presidente y padre de Namibia Sam Nujoma y otra dedicada al sufrimiento de la población de Namibia a manos del Schutztruppe, el ejército colonial alemán. Y en el pedestal de la primera, las palabras más importantes de todo el museo: “Su sangre riega nuestra libertad”.




Dakar, Senegal: Monumento al Renacimiento Africano
Con un costo de 27 millones de dólares y una altura de 49 metros, el Monumento al Renacimiento Africano es la estatua más alta de África. Aunque fue diseñada por el arquitecto senegalés Pierre Goudiaby, el presidente de Senegal Abdoulaye Wade le encomendó la misión de construirla a la empresa Mansudae en 2006. Durante 4 años, artistas y obreros norcoreanos trabajaron en Pyongyang y Dakar en la construcción de la megaestructura de bronce. Finalmente, el 4 de abril de 2010, el mismo día en el que Senegal cumplía sus 50 años de independencia de Francia, el monumento fue inaugurado por el presidente en una colina de 100 metros de alto en el suburbio de Ouakam en Dakar.
Teniendo en cuenta que el monumento conmemoraba no sólo la independencia de Senegal sino que estaba dedicado a todo el continente, a la inauguración asistieron los jefes de Estado de 19 países africanos entre los que se encontraban los de Malawi, Benín, Cabo Verde, Congo, Costa de marfil, Gambia, Liberia, Malí, Mauritania y Zimbabwe. Además, estuvieron presentes representantes del gobierno de Corea del Norte y el cantante estadounidense de ascendencia senegalesa Akon. Sin duda fue todo un acontecimiento.
Pero la construcción del Monumento no estuvo libre de controversias. Aparte del altísimo costo, las quejas se centraron en temas como la utilización de personal norcoreano para su construcción, la corrupción alrededor de la contratación y la construcción del monumento, lo “machista” de la obra al poner al hombre como protector de la mujer y el niño y, por último, lo “poco africanas” que se veían las caras de las 3 personas que aparecen en la escultura. De hecho, en este tema, se especula que el presidente Wade le tuvo que decir a los artistas norcoreanos que volvieran a hacer las 3 caras porque tenían rasgos claramente asiáticos y no africanos. Y claro, no se podía tener un monumento al renacimiento africano con personajes asiáticos en él, ¿cierto? Sería un problema complicado.


Bulawayo, Zimbabwe: Estatua de Joshua Nkomo
De la estatua de Joshua Nkomo no hay mucha información. Lo que sí se sabe es que Robert Mugabe, el entonces presidente de Zimbabwe, la mandó a construir a su amigo del alma Kim Jong Il para congraciarse un poco con los miembros del partido de oposición ZAPU (cuyo fundador había sido Joshua Nkomo) que habían sido recientemente asesinados por el régimen de Mugabe en lo que se había conocido como la “Operación Murambatsvina” (y pueden leer al respecto en esta entrada sobre Zimbabwe). Claro, lo “curioso” del asunto es que la Operación se llevó a cabo con apoyo del régimen norcoreano que entrenó y apoyó al ejército de Zimbabwe para que persiguiera y asesinara a la oposición. Aún así, era Corea del Norte la que estaba construyendo la estatua. Grandes ironías de nuestro amigo Mugabe.
En cualquier caso, la estatua fue construida en Pyongyang e instalada en Bulawayo, la segunda ciudad del país donde había nacido Nkomo. Apenas fue inaugurada, la población empezó unas protestas masivas contra el régimen de Mugabe al considerarla un insulto a las miles de víctimas de su régimen. Al gobierno no le quedó otra opción que quitarla para restaurar el orden público. Hoy no sabemos dónde quedó la estatua del buen Joshua. Habrá que esperar noticias.

Harare, Zimbabwe: Acres de los Héroes
Similar a los Acres de los Héroes en Windhoek, los de Harare también fueron construidos para honrar a los héroes de la Guerra de Independencia (conocida como la Rhodesia Bush War) y otros miembros ilustres de la vida política del país. El diseño está basado en el Cementerio de los Mártires Revolucionarios en Pyongyang y se asemeja a dos fusiles AK-47 juntos. Dentro del complejo se encuentran una tumba y una estatua del soldado desconocido, una llama eterna, murales que representan episodios importantes de la historia de Zimbabwe como la Chimurenga y la Guerra de Independencia, un cementerio y un museo dedicado a los mártires del país.
La construcción inició en 1981, un año después de la independencia de Zimbabwe, con la participación de 10 artistas y arquitectos zimbabwenses, 7 norcoreanos y 250 obreros locales. Pero claro, como lo mandó a construir nuestro amigo Mugabe, sólo permitió que personas afines a su partido, la ZANU-PF, fueran enterrados en el lugar. Hasta el momento, ningún opositor al régimen ha recibido el estatus de mártir y, en consecuencia, no ha podido ser enterrado en el lugar. Sólo 47 miembros del partido del gobierno han obtenido una tumba en el memorial. Esa es una de las “maravillas” de los regímenes autoritarios, que pueden hacer lo que les da la gana, ¿cierto? Les muestro el Monumento:

![The Mansudae Overseas Project - Zimbabwe - National Heroes Acre, By Gary Bembridge (Flickr- Heroes Acre, Harare, Zimbabwe) [CC BY 2.0], via Wikimedia Commons 2](http://publicdelivery.org/wp-content/uploads/2017/11/The-Mansudae-Overseas-Project-Zimbabwe-National-Heroes-Acre-By-Gary-Bembridge-Flickr-Heroes-Acre-Harare-Zimbabwe-CC-BY-2.0-via-Wikimedia-Commons-2-880x660.jpg?resolution=1366,1)

Y hasta aquí llegamos con el recorrido por los monumentos construidos por Corea del Norte alrededor del mundo. Ahora, si bien es cierto que, como les conté, el arte le ha servido a Pyongyang para establecer amigos y contactos en otros países, las sanciones de la ONU han hecho que cada vez sea más difícil conseguir clientes para su empresa Mansudae. De hecho, desde 2017 la compañía no ha recibido ningún contrato en el exterior. Lo que sí parece estar ocurriendo es que Corea del Norte cambió el arte por la guerra y ahora está asesorando a países como Namibia, Mozambique y Tanzania en tácticas militares y en entrenamiento de sus ejércitos. Eso sí, los africanos han negado enfáticamente sus posibles vínculos con Pyongyang por miedo a sanciones desde la ONU o desde sus donantes en Washington y Europa. Lo que sí es cierto es que todavía se ven norcoreanos viviendo en las capitales de países “amigos” como Namibia, Tanzania o Camboya y que, la relación con Pyongyang es tan fuerte que es bastante probable que ni siquiera las sanciones internacionales puedan acabar con ella.
Ahora, como siempre, antes de irse, pásense por las redes del Blog y le dan seguir a todo… Sí, a todo. Aquí las tienen: Instagram, Facebook y Tuíter. Espero que les haya gustado la entrada de hoy y nos vemos en una próxima oportunidad. ¡Adiós pues!